Otra cuna del castellano

El estudio filológico de los cartularios de Valpuesta dieron pie, en el año 2000, a un artículo fantástico que firma Pedro G De Viñaspre en el diario El País.

En dicho artículo, encontramos afirmaciones tan claras como que «un estudio ubica los orígenes de la lengua romance [en Valpuesta] entre Álava y Burgos«, en el que recoge el esutdio de «Emiliana Ramos, una irundarra de 33 años, doctora en Filología Románica que durante seis meses se sumergió en estos textos [cartularios de Valpuesta] gracias a una beca apadrinada por Eusko Ikaskuntza y diversas instituciones de las dos provincias implicadas«.

Viñaspre explica, en El País, que «los cartularios o becerros son colecciones de textos -cartas de compraventa o donaciones al monasterio- con apariencia latina y fechados entre el 804 y el 1200» y recoge palabras de Emiliana Ramos, que dice que «lo más importante es la antigüedad de esta documentación. Cuando los empiezas a analizar descubres que no es un latín puro y hay algunas formas que son lengua romance«.

Entre otras muchas afirmaciones (recomendamos la lectura del artículo), se indica que «las glosas emilianenses han sido consideradas hasta el momento como los primeros testimonios en lengua castellana, al considerar los expertos que se realizaron entre los siglos X y XI. Según Emiliana Ramos, los textos de Valpuesta más antiguos son anteriores a ellas aunque con una variante lingüística diferente y asimilable al castellano«.

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