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Artículo publicado en la revista ECOS. Agosto de 2008. Deutschland
José María Domínguez. Leonés, graduado en ciencias de la Información e Historia Medieval por la Universidad de Munich.
En los manuales de Lengua española se sitúan los orígenes del castellano en La Rioja, y como prueba se citan las célebres «Glosas Emilianenses«, así llamadas por el lugar donde se encontraron, el monasterio de San Millán de la Cogolla.
Al margen de los códices, que contenían sermones o ejercicios de latín, un monje escribió expresiones del habla popular para aclarar el sentido del texto y así ayudar a entenderlo mejor: al parecer, el primer testimonio escrito de lo que seria el romance castellano. El gran filólogo Ramón Menéndez Pidal y otros expertos las dataron en la segunda mitad del siglo X; y, simbólicamente, el año 1977 se celebro oficialmente el «milenario de la Lengua castellana» con el monasterio de San Millán de la Cogolla como escenario de las solemnidades y actos más destacados y simbólicos.
Naturalmente, desde entonces los organismos oficiales aprovecharon la coyuntura para la promocion cultural y turística, y surgieron iniciativas como el Camino de la Lengua Castellana, entre La Rioja y Madrid (Alcalá de Henares), a través de Castilla y León. Y tras ser declarado Patrimonio de la Humanidad el monasterio de San Millán, se ha empezado a gestionar el reconocimiento del citado Camino como «Itinerario Cultural Europeo» (ver ECOS 12/01).
Sin embargo, en opinión de destacados historiadores y paleógrafos, se piensa que las Glosas Emilianenses no pueden ser anteriores a la segunda mitad del s. XI. Por cierto, de la misma época datan las «Glosas Silenses», similares a las citadas y procedentes del monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos); y también de por entonces se han ido descubriendo otros documentos con comentarios ya en castellano o en vascuence, así como en leonés, aragonés, navarro…; lo que da a entender que a partir del s. X se fueron formando del latín aún vigente hablas peculiares en las diferentes regiones del norte peninsular, entre Galicia y Cataluña.
Cuando Castilla era un pequeño mojón
Actualmente, hay una nueva teoria sobre los origenes del castellano basada en documentos y pergaminos olvidados. Según las nuevas investigaciones, la cuna del castellano hay que situarla en la comarca de Valdegovia, una region comprendida entre el oeste de Alava y Vizcaya, el norte de Burgos y el sur de Cantabria, en la orilla izquierda del alto Ebro, a la que se refieren los célebres versos del poema de Fernán González (mediados del siglo XIII) «Entonce era Castiella un pequenno mojon…»
El nombre de Castilla -la «Castella Vetula» o Vieja- aparece documentado por primera vez el año 800 como territorio fronterizo oriental del reino asturleonés, expuesto a periódicas incursiones árabes. Tras quedar en posesión de los reyes de Asturias, éstos promovieron la defensa levantando castillos, y ante todo la repoblación con gentes de diferente proveniencia: asturianos, leoneses, vascos…
En la primera mitad del s. IX, Alfonso II eligio al obispo Juan para restaurar la iglesia de Vallepósita o Valpuesta, en tierras alavesas, sede de la primera diocesis dependiente de Oviedo. Sobre todo con ayuda de mozárabes exiliados del sur peninsular, se fundaron también numerosos monasterios en la region, y los monjes desarrollaron una importantísima labor espiritual, cultural y colonizadora, como documentan los respectivos cartularios, uno de importancia clave es precisamente el Cartulario de Santa Maria de Valpuesta.
En los cartularios -semejantes a los actuales registros- se copiaban, primero en pergamino, luego en papel, los documentos relativos a un monasterio, obispado o municipio que acreditaban sus propiedades, fundaciones, donaciones y escrituras similares, sobre todo de tipo económico, con sus fechas correspondientes; a algunos se les llama tambien «becerros» ya que los pergaminos se obtenían de la piel de becerros o terneros. Estas escrituras son de enorme interés para la evolución de la lengua, porque, si bien están redactadas en el latín eclesiástico de la época, con frecuencia los copistas adaptaban las formas latinas al habla popular; y para mayor claridad, poco a poco se introducen palabras o expresiones usadas por la gente de la region, es decir, del romance que se iba independizando del latín: el castellano.
Documento testimonial
El Cartulario de Santa María de Valpuesta se encuentra en el Archivo Historico Nacional; consta de 184 documentos, empezando por el relativo a la fundación del monasterio (804), y los más recientes son de mediados del s. XII.
Aunque ya era conocido en los siglos XVII-XVIII, y la primera transcripcion parcial se remonta a 1900, no había sido estudiado científicamente hasta época reciente. El franciscano alavés Saturnino Ruiz de Loizaga, especialista en Paleografia, Diplomática y Archivística, con más de treinta años de experiencia en los archivos del Vaticano, contrastó en paciente labor los dos tipos de caracteres gráficos -el primitivo gótico y el posterior galicano o francés- utilizados entre los siglos IX y XII.
Por su parte, la profesora Emiliana Ramos y el filólogo Ricardo Ciérvide, de la Universidad del País Vasco, lo han analizado rigurosamente en el aspecto lingüístico.
Ruiz de Loizaga afirma que las primeras palabras y frases escritas en romance entre textos latinos son de hacia el ano 935. Entre muchos ejemplos, cita: «potro castanio et pielle» (un potro castaño y una piel) y en 939; también se escriben, en lugar de los correspondientes términos latinos: «casa»; «capo» (cabeza), «matera» (madera), «iermano» (hermano), «andadura, «novillo»‘, y hasta frases breves: «de vino que veberont»…
Además, este documento nos permite seguir el desarrollo de la toponimia de esta zona, algunos de cuyos lugares se siguen llamando como entonces; por ejemplo, Ruiz de Loizaga ha documentado día a día, desde el año 1000, la evolución de Salinas de Añana, a 29 km de Vitoria, así llamada por el medieval «oro blanco» de un manantial, la sal con la que comerciaban abades y obispos.
Los Caminos de la Lengua
De esta nueva investigación histórica y lingüística se deduce que los primeros documentos sobre el origen de la lengua castellana no son las glosas riojanas, datadas con un siglo de posterioridad al Cartulario de Valpuesta. Por otra parte, hay que anadir que éste es también el primer documento del «castellano» hasta ahora conocido, pues las Glosas Emilianenses en realidad no pueden considerarse como castellanas, sino de «habla riojana» (Menéndez Pidal) o «navarro-aragonesa», en opinion de filológos e historiadores; además, con casi igual presencia de voces vascas.
Ruiz de Loizaga y otros investigadores pueden afirmar con pleno derecho que «mientras no aparezcan otros documentos más antiguos, los de Valpuesta deben ser considerados como el principio del castellano».
De lo que, sin lugar a dudas y con plena razón, puede gloriarse La Rioja es de ser la patria del primer poeta en romance castellano de nombre conocido: Gonzalo de Berceo (1180-1245), así llamado por el lugar donde nació, muy cerca del monasterio de San Millán; en éste vivió y aquí escribió sus versos, en los que describe vidas de santos y canta milagros de Nuestra Señora.
Desde hace varios años, destacados historiadores y filólogos han denunciado ante las autoridades españolas e internacionales «el error’ de seguir considerando La Rioja como cuna del castellano, ignorando sistemáticamente el significado de Valpuesta, que por supuesto tampoco figura en el Camino de la Lengua castellana. Igualmente, el año 2004 pasó oficialmente desapercibido el 1200 aniversario de Valpuesta. [Si bien, el nombre de Valpuesta podemos decir que surge pujante a partir del año 2000, gracias a la publicación de tres libros sobre Valpuesta: Los Cartularios Gótico y Galicano de Santa María de Valpuesta (1090-1140) (Vitoria 1995); Lengua y Cultura en Alava (siglos IX-XII) (Burgos 1995) y al volumen de Estudios Mirandeses del año 2000, dedicado todo él a la sede Valpostana y a sus Cartularios]. La política, al parecer, calcula sus prioridades al margen de la Cultura; pero sin pretender quitar a la Rioja su importancia lingüística y literaria, no existen razones para seguir ignorando la no menor importancia de los documentos de Valpuesta como cuna del castellano.
Más información sobre este interesante y discutido tema en las publicaciones:
5 thoughts on “¿Cuál es la cuna del castellano?”
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El origen del Castilla y del Castellano es el Alfoz de Cerezo y Lantarón, con Valupuesta dentro del Alfoz. Desde el Alcázar de Cerasio, Gobernaron lo Condes de Cerezo y Lantaron, Condes de Castilla y Álava. Con sus jueces de Castilla, Merinos mayores. Los primeros condes de Castilla y sus posesiones dentro del Alfoz de Cerezo y Lantarón. El obispado de Oca, dentro del Alfoz de Cerezo y Lantarón. San Millán de la Cogolla, a pocos km del alfoz de Cerezo y Lantaron, con múltiples donaciones de los condes de Cerezo y Lantarón a tan noble Monasterio de San Millán de la Cogolla. Gonzalo Tellez conde de Cerezo y Lantarón, Conde de Castilla, Conde de Álava funda San Pedro de Arlanza. El Alfoz delimita la Castilla original. La Castella Romana de Cerezo de Río Tirón con su enorme Alfoz