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En el extremo nordeste de Valdegovía, lindando con el burgalés Valle de Losa, se encuentra la cima de Risca. Sin prominencia reseñable, forma parte de un largo cordal que, mientras al sur desciende de forma suave, al norte se desploma repentinamente formando atractivos espolones verticales.
Más al sur, emergen entre el pinar silvestre las elevaciones de Raso y Rodil, cortadas por la vaguada del arroyo de Mioma, que conduce las aguas recogidas precisamente en la cubeta que forman estos tres montes, hacia el río Omecillo, al que se une cerca de Gurendes.
La citada vaguada, por la que también discurre la carretera A-4333, administrativamente es territorio burgalés y en él se encuentra la localidad de Valpuesta, lugar donde vamos a iniciar y finalizar un recorrido circular que une las tres cumbres referenciadas.
Para llegar a Valpuesta desde Vitoria saldremos por la N-1, dirección Madrid, y nos desviaremos por la A-2622 a Nanclares de la Oca, Pobes, Salinas de Añana, Espejo y Villanueva de Valdegovía. Dos kilómetros después de rebasar esta localidad, hay que tomar una desviación a la derecha que indica 2 km a Valpuesta.
Iniciamos la marcha junto al monasterio (colegiata de Santa María de Valpuesta), en cuyo cartulario se han encontrado recientemente los documentos más antiguos conocidos hasta la fecha con rasgos de la lengua castellana.
Atravesamos el pueblo hacia el norte y continuamos por la carretera A-4333 que lleva a la localidad alavesa de Mioma. A los 650 metros prestamos atención para no pasar de largo un desvío.
Abandonamos la carretera por un camino que parte hacia la derecha. Atravesamos el paso de alambrada y comenzamos un sostenido ascenso que encara de forma directa el espolón suroeste de la montaña.
Se trata de un ancho cortafuegos, abierto entre la encina carrasca y el pinar silvestre, que no da tregua hasta alcanzar el cordal, límite territorial donde giramos a la derecha para, en 200 metros, llegar al vértice geodésico.
Nos hallamos en el punto culminante de la montaña, sin embargo habremos de continuar 160 metros al este para encontrar el buzón montañero.
Tras un paso de alambrada, que superamos, aparece un mojón de piedra y junto a él nos da la bienvenida el buzón, colocado por la S.D.M. Gorosti Acebo el 2 de junio del 92.
Continuamos a la izquierda, norte, por un camino que discurre paralelo a la alambrada y que la va dejando a su izquierda. No obstante, a los 80 metros desaparece y nos deja frente a otra alambrada que se cruza con la anterior.
Aprovechamos un resquicio en su confluencia, al lado de un mojón de piedra, para colarnos al otro lado de la alambrada y continuar unos metros sobre los helechos hasta el inmediato hayedo que surge en la cara norte.
Al entrar en él, descendemos fuertemente sobre la hojarasca con rumbo nordeste. Pronto encontramos un manantial y seguimos al lado de su curso, monte abajo, hasta una arqueta de donde sale un fino tubo de goma para la toma de agua. Lo seguimos y llegamos a un ancho camino transversal, donde giramos a la derecha para llegar a una pequeña campa, donde suele haber ganado.
Para continuar salimos hacia el norte, atravesando una alambrada junto a un gran pivote de hierro con su señalización completamente borrada por el óxido. El camino desciende entre los campos de cultivo que se extienden a la derecha, mientras que a la izquierda queda el bosque, que casi esconde una tapia de piedra.
Al fondo podemos apreciar el largo cordal de Risca, que cae a la derecha sobre el castillo de Astúlez. Así llegamos a una pista transversal, a la que accedemos tras superar un paso de alambrada junto al cual hay otro pivote de hierro como el mencionado anteriormente.
Se trata del collado que se abre entre los montes Raso, que acabamos de descender, y Risca, al que nos dirigimos a continuación.
Por él discurre una buena pista que une los pueblos de Mioma, a la izquierda, y Astúlez, a la derecha.
Nosotros vamos a proseguir de frente, por la marcada pista que asciende manteniendo a la izquierda un muro de piedra. En un largo tramo de 1.800 metros, con un llevadero desnivel del 7%, entre carrasca, pino silvestre y abundante enebro, vamos tomando la línea del cortado que cae sobre el Valle de Losa y, tras pasar por la discreta cima de Peña Alta, llegamos a una charca.
Continuamos la pista hacia el norte hasta que, a los 450 metros, la abandonamos cuando empieza a girar con rumbo a Mioma.
Nos aproximamos entonces al cortado, que ya no abandonaremos hasta el punto 11, y lo seguimos rumbo noroeste. La suave pendiente de las laderas sur, por las que hemos accedido, se ve ahora interrumpida bruscamente y cae en vertical al Valle de Losa, extensión que se ve cerrada al norte por la Sierra Gorobel/Sálvada.
Una alambrada protege al ganado de una fatal caída y, junto a ella, el sendero permite andar con comodidad. Así nos vamos acercando al límite territorial, marcado por una alambrada que se une en perpendicular a la que corta el precipicio, punto donde se alza un mojón.
Pasamos la alambrada y, 160 metros más adelante llegamos al buzón, que se encuentra por lo tanto en terreno burgalés.
En el mismo borde del cortado, junto al vértice geodésico y un pequeño mojón de piedra, se halla el buzón, colocado por el Club de Montaña Iberduero, el 11 de abril del 87.
El Valle de Losa, que se extiende a nuestros pies, exhibe el mosaico de sus campos de cultivo, entre el que destacan localidades como Berberana, Villalba de Losa u Hozalla.
Precisamente hacia esta última nos vamos a encaminar en un vuelo de pájaro por el cortado, manteniendo el rumbo noroeste. Sucesivos farallones rocosos acaparan nuestra atención, mientras aparece algún puesto de caza numerado. Así vamos descendiendo suavemente para alcanzar el collado de Hozalla.
Un ancho camino asciende por la vertiente norte desde el pueblo a este collado, fácilmente identificable por la instalación eólica que se alza en él.
Nos situamos bajo el ingenio y, de las dos pistas que salen hacia la izquierda, tomamos la segunda, que enfila hacia el sur entrando en el pinar.
Tras alguna intersección poco evidente, seguimos la pista bien marcada hasta dar con otra transversal.
En el cruce podemos ver un cartel con la prohibición de recoger setas sin autorización (Hozalla nº 433). Enfrente hay un mojón y, tras la alambrada que debemos cruzar, vemos otro cartel de Coto de Caza VI-10107. Seguimos pues de frente y al poco pasamos una tapia de piedra.
Es entonces cuando podemos ver un pequeño repetidor, en una loma cercana, y a su derecha, el alto Larrán, ante los montes Raso y Rodil. Seguimos la pista en descenso y nos encontramos con una alambrada.
La cruzamos y, dejando el repetidor a la izquierda, enfilamos directos hacia Rodil hasta encontrar otra pista transversal.
Estamos en el punto de intersección de las pistas que unen las localidades de Hozalla, dirección en la que venimos, Mioma hacia la izquierda y Basabe a la derecha. En este punto abandonaremos la pista para tomar de frente el linde de dos fincas y alcanzar el pinar que nos dará acceso al alto Larrán.
Este cordalito, que en realidad forma parte del espolón nordeste del monte Rodil, separa los valles de Mioma y Basabe. Enfilamos por su cresta, a la par de una alambrada, con rumbo a la visible cumbre de Rodil.
Pasamos bajo un tendido de dos cables, en el punto donde hay un pequeño mojón con la placa M-10 (paraje San Martín) Basabe-Mioma. Pronto el sendero toma el cortafuegos que asciende decididamente hacia la cumbre. Cuando éste gira a la derecha, lo abandonamos para tomar un estrecho sendero que sigue la línea directa.
Aunque parece cerrarse entre los helechos, no hay que perder su trazo y enseguida alcanzamos una sorprendente zona rocosa, con varios abrigos, en la que algunas hayas perduran entre el pinar circundante.
El sendero bordea esta zona por la derecha y la supera, saliendo a una pista que, tras cruzar la alambrada, tomamos a la derecha para alcanzar enseguida la cima.
No hay vértice geodésico, pero sí un pequeño mojón M-1 (paraje Alto del Rodil, Basabe-Pinedo), y un buzón de montaña con placa del Padura Mendi Taldea. La vegetación apenas nos deja un resquicio hacia oriente para ver Mioma, Raso, el cordal de Risca y al fondo la Sierra de Arkamo. El descenso lo vamos a acometer por el espolón suroeste, que es límite entre los territorios de Álava y Burgos. Un cortafuegos desciende de forma directa, entre el pinar dominante, hasta casi el collado que separa Rodil del alto del Basil.
Aquí encontramos un crucero. A la derecha, pasando una langa, donde se alza una señal de tráfico prohibiendo el paso a vehículos no autorizados, descenderíamos en poco más de un kilómetro al pueblo de Pinedo. Sin embargo, continuaremos hacia la izquierda, por la segunda de las pistas que parten en esa dirección.
Pasamos una alambrada y seguimos en descenso por la orilla izquierda del arroyo que surca la vaguada. Tras un kilómetro pasamos otra alambrada, junto a la que existe otra señal de tráfico igual que la anterior y, 150 metros más adelante, salimos a la carretera de Valpuesta a Mioma, muy cerca del punto 2, donde la hemos dejado al comienzo.
Seguimos a la derecha para entrar, en suave descenso, a Valpuesta.
One thought on “De Valpuesta a los altos del Raso, Risca y Rodil”
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