«El secreto de Valderejo es su tamaño, se puede ver en sólo una mañana»

Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro, periodistas de El Correo y Montañeros, han escrito una guía sobre el parque natural con 27 rutas.

Noticia sobre Valpuesta publicada por El CorreoLlevan 15 años preparando las páginas de montaña de los viernes de EL CORREO. Los periodistas Fernando J. Pérez e Íñigo Muñoyerro han acumulado en este tiempo tantas experiencias y conocimiento sobre el territorio vasco que se han convertido en dos autoridades en la divulgación de las rutas montañeras. Valderejo, en Álava, abre una serie sobre los parques naturales de Euskadi.

-¿Por qué han empezado por este espacio protegido alavés?
-Es el más desconocido. No hay muchas guías ni documentación sobre él. Además, es el más pequeño y familiar.
-Un libro de estas características tiene datos, fichas y tiempos muy concretos, muy elaborados. ¿Cómo se consiguen?
-Todas las rutas tienen un requisito imprescindible. Previamente, las hemos hecho nosotros y de esa experiencia sacamos un relato. Lo que hace singular y diferente a la guía es que está escrita desde una perspectiva muy personal.
-¿Cuánto tiempo se tarda en escribir una publicación como ésta?
-Algunos itinerarios están publicados ya en El Correo, pero hay que actualizarlos. La señalización cambia mucho. Calculamos que hemos tardado cerca de un año. Lo más farragoso es el final, cuando hay que completar las excursiones con datos de todo tipo.

-Este tipo de libros resaltan los aspectos naturalísticos y el paisaje, principalmente, pero aquí se han añadido historias de los pueblos y de sus gentes.
-Caminar permite ver más allá de los senderos. Intentamos que de cada excursión salga algo histórico o cultural del lugar en el que se empieza. Por eso, hemos abierto una ventana con referencias a un monumento, un pueblo de interés, o una curiosidad.

-¿Si tuvieran que elegir una de las 27 rutas, cuál creen que es la más espectacular?
-Invitaríamos a hacer la vuelta al parque. Es para iniciados porque se trata de 26 kilómetros y más de 6 horas, pero al ser tan reducido el parque permite una visión completa. No hay que asustarse. Si parece demasiado duro para un día, se puede hacer en etapas, porque la red de sendas permite escapar hacia los núcleos rurales y hacer el itinerario en varios días diferentes.
-¿Qué pueblo no hay que perderse dentro del parque?
-Yo creo que cada uno tiene su interés particular. Pero, sin duda, Lalastra con el centro de interpretación, el museo etnográfico, la iglesia recuperada, la zona de picnic y las propias casas habitadas, es el que más ayuda a entender cómo se vivía antes. Una referencia obligada es la iglesia de Ribera con sus pinturas y las casas derruidas por el abandono. Aquí al menos queda algo en pie. Villamardones es un ejemplo del abandono total. Ya no queda nada de lo que fue. Ni la iglesia.

-¿Si tuvieran que poner nota a la información, a la limpieza de los servicios, al estado de los senderos o a las señales de los caminos, cuál pondrían?
-Un notable alto, por no decir un sobresaliente. Hemos vuelto después de algunos años y hay que decir que el parque está muy bien cuidado y conservado. El trato de guías y guardas es excepcional y nos han ayudado muchísimo.

-¿Por qué es tan hermoso Valderejo, cómo se lo pueden explicar al que no ha ido todavía?
-Tiene un encanto especial. Su paisaje es espectacular. Pero el secreto de todo es su tamaño, su pequeñez, sus medidas humanas. Con sus 3.500 hectáreas, es el único del País Vasco que puedes ver completo desde cualquier cima. Y para eso basta una mañana.

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