Valpuesta se hace un hueco en la historia

Lidia Sierra

Lidia Sierra

Texto extraído del blog de Lídia Sierra

Las persianas y mirillas de los siete habitantes censados en el municipio burgalés de Valpuesta no paran de abrirse y de cerrarse para poder ver a través de ellas a los curiosos que llegan hasta este pequeño pueblo ubicado en el valle de Valdegovía para conocer el lugar en el que parece ser que nació el castellano. Y digo parece ser, por no decir, fue, porque todo apunta a que las primeras palabras que se escribieron en la lengua de Miguel de Cervantes se balbucearon en el interior del que otrora fuera el primer Obispado de la Reconquista.

Ajeno al paso del tiempo y a los flashes de las cámaras de fotos que tratan de inmortalizar su bella cúpula y algunos de sus arcos góticos, del monasterio de Santa María del Valpuesta queda más bien poco,  doce siglos después de que fuese construido. A pesar de los intentos de recuperación puestos en marcha por parte de las administraciones regional y provincial, aún queda mucho trabajo para devolverle el gusto y la belleza con la que lució antaño. “Todo se andará”. Los vecinos confían en que “poco a poco” puedan concluir los trabajos del templo para poder ver el claustro libre de pintadas, que no gustan a muchos, y de unos ladrillos rojos que se colocaron hace 25 años para evitar que los pilares góticos cediesen olvidando la utilidad para la que fueron construídos.

Pese al estado, quien entra en el interior de Valpuesta es partícipe de ese tipo de sentimientos mágico que acompañan a aquellos lugares en los que el tiempo no ha pasado en vano. Aquel enclave un día olvidado y asaltado por la amenaza de las tropas de Napoleón, que incendiaron los volúmenes de la biblioteca para calentarse, es hoy uno de los lugares más visitados de toda la provincia. ¿Los culpables? Dos cartularios escritos en letras gótica y galicana bastante ininteligibles  para el común de los mortales que lograron salvarse de la fogata napoleónica y que atestiguan que las primeras palabras en castellano se escribieron en el siglo IX en este monasterio burgalés.

El tiempo ha dado la razón a estudiosos y amantes de las letras que desde que desde hace décadas han reclamado un espacio en la Historia para esta localidad por su implicación en la aparición y puesta en marcha de la segunda lengua más hablada del mundo. El descubrimiento de ‘Los Becerros Gótico y Galicano de Valpuesta’, libro que desgrana este descubrimiento y que es el resultado de siete años de trabajo de paleógrafos y filólogos, parece quitarle el primer puesto a las glosas emilianenses de

San Millán de la Cogolla (La Rioja). De lo que no cabe duda, es que el castellano nació en Castilla, aunque como señalan algunos implicados, es necesario saber que lo que hoy entendemos por Castilla (y León) no se corresponde con lo que fue en su momento (Castilla la Vieja).

Ausente de rivalidad, la localidad de Valpuesta se sumerge en un sentimiento de confianza y optimismo capaz de devolver la vida y la actividad económica a un municipio que durante mucho tiempo durmió al olvido de las administraciones y de los visitantes. ¡Suerte valpostanos!

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