En la génesis del castellano

El congreso dedicado a Valpuesta arrancó ayer con un número de expertos convencidos del valor lingüistico de los escritos del monasterio valpostano

Noticia sobre Valderejo publicada por El CorreoCRISTINA ORTIZ MIRANDA

No está hecho para todos los públicos, su carácter es eminentemente científico y, como tal, también muchos de los planteamientos que en él se exponen por catedráticos y profesores llegados a Miranda desde un buen número de universidades españolas para «rendir un homenaje a la comarca donde nacieron los cartularios». Ese es el objetivo fundamental del congreso ‘Valpuesta en los orígenes del castellano’ que comenzó ayer en la ciudad y continuará hasta mañana jueves.

Y es que para Antonio Álvarez Tejedor, profesor de la UBU y miembro del comité organizador del evento, no hay duda de que esos documentos son «decisivos para el origen del español y de las lenguas romances».

Por eso, es necesario «ahondar en la riqueza de esos cartularios como testimonios más antiguos del salto del latín al romance y germen del castellano» para animar a la comunidad científica a que siga trabajando en ellos.

Una labor necesaria cuando nos referimos a documentos que forman parte ya «del patrimonio de todos, no de un lugar o de una comarca»; porque los becerros de Valpuesta «son clave en la historia del castellano, ese que cuando se haga mayor llamaremos lengua española», aclaró.

La primera de las ponencias corrió ayer a cargo de la profesora de la Universidad Complutense, Isabel Velázquez, que abordó ‘El latín en los becerros de Valpuesta’. Una propuesta en la que ha realizado el camino contrario para mostrar la carga romance de unos textos creados entre los siglos IX y XII y en lugar de optar por mostrar la existencia clara de palabras escritas en lengua romance se centró en destacar aquellas expresiones aún escritas en latín. Y lo hizo comparando los cartularios con documentos de época visigoda escritos en pizarra allá por los siglos VI y VII. Aunque los textos de la localidad burgalesa están sujetos a una tradición escrita latina, la falta de pureza en la lengua permite aventurar que ese no era el idioma de la calle.

Nueva lectura
«Los documentos están absolutamente contaminados. Se pretende escribir en lengua latina, entre otras cosas porque es la lengua de la tradición culta, escrita y porque es la lengua en la que están formuladas las estructuras jurídicas de los documentos; pero lo que se detecta es que quien lo escribe habla romance y su latín está aprendido en la escuela y, a veces, no demasiado bien», apuntó.

Transcurridos tres días de intenso debate, Álvarez Tejedor, como organizador, espera que se obtengan resultados importantes en el campo de la filología, que no serán más que el inicio de otros estudios. «Se trata aquí de abrir la puerta con un material nuevo sobre los cartularios, tanto en «su transcripción como en su lectura y en su datación», aventuró.

Hoy, a partir de las 10.00 horas se abordarán los aspectos gráfico-fonéticos con destacados expertos como Manuel Ariza, de la Universidad de Sevilla; y, por la tarde, los temas paleográficos y doplomáticos, con personalidades como José Manuel Ruiz Asencio, de la Universidad de Valladolid.